Articulos de Arthur

España: 94-401 41 84

Contáctanos

El Hombre en Busca de Sentido

En la primavera del año 1997

tuve la ocasión de conocer a un gran hombre

Él tenía 88 años. Era psiquiatra con 29 doctorados honoris causa. Se encontraba en Brno, Republica Checa para dar una conferencia. Al finalizar su charla todos querían acercarse para saludarle o para que firmara uno de sus más de treinta libros traducidos a 26 idiomas.

El anciano sabio no era otro que el Dr. Victor Frankl.

Los que habéis leído mi primer libro, El Estrés (Editorial Oniro) podéis leer algunas anécdotas de la vida de este hombre extraordinario.

En su libro más famoso El Hombre en Busca de Sentido, el Dr. Frankl narra cómo pudo soportar frío, hambre, trabajo forzado sin descanso ni dormir, y las brutalidades del campo de concentración más temible, el de Auschwitz. El Dr. Frankl vivó 3 años (entre 1942 y 1945) en cuatro campos de concentración Nazi. Su esposa, sus padres y muchos de sus familiares perdieron la vida en el Holocausto.

Me interesaba conocer a este hombre por varias razones

En primer lugar porque siempre busco a las personas excepcionales para poder aprender algo de ellos. Además quería conocer a este hábil terapeuta, quien desarrolló una terapia llamada logoterapia que enriqueció el campo de la psicología. Por ultimo quería establecer un contacto físico con él dándole la mano. No era la primera vez que conocía a un sobreviviente del campo de concentración. Hace años tuve la oportunidad de conocer a dos mujeres que habían sobrevivido al holocausto.

El mensaje del Dr. Frankl es extraordinario

Demostró que aquellas personas que encuentran un sentido a la vida son capaces de sobrevivir con mayor serenidad a las calamidades de la vida.

Según Dr. Victor Frankl, “vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo”.

Con su ejemplo, el Dr. Frankl ha demostrado que uno puede ejercer la libertad de pensamiento en medio del horror, dolor y la muerte.

Es posible que no podamos controlar lo que nos ocurre, como las atrocidades de un campo de concentración, pero tenemos la libertad de dar el significado que queramos. El Dr. Frankl como medico y psiquiatra ayudaba a otros judíos en los campos animándoles a pensar en el futuro. Según sus observaciones, aquellas personas que perdían la esperanza no tardaban en enfermarse y morir. Los que mantenían su fe en el futuro tenían mayor probabilidad de aguantar y sobrevivir.

El Dr. Frankl insistía en que lo que debe importarnos no es lo que podamos esperar de la vida, sino

lo que nosotros podemos ofrecerle a ella. En otoño de 1942 junto a su esposa y a sus padres fue deportado al campo de concentración de Theresienstadten. En 1944 fue trasladado a Auschwitz y posteriormente a Kaufering y Türkheim. Fue liberado el 27 de abril de 1945 por el ejército norteamericano. Por ser vienés fue siempre un gran escalador de montañas. También, a los 67

años, consiguió la licencia de piloto de aviación.

Al finalizar la charla me acerqué al podio donde estaba sentado el Dr. Frankl

Su segunda mujer, Eleonore, me vio acercarme. Con una sonrisa angélical me saludó. Subí al podio y saludé a su esposa diciéndole que quería darle la mano al Dr. Frankl. Ella me dijo que el Dr. Frankl padece artritis y no quiere dar la mano. Insistí explicandole que no iba a apretársela. Eleonore se

acercó y susurró algo al oído del Dr. Frankl, quien asintió. Me acerque y le sujeté durante unos segundos las manos de Victor Frankl entre las mías.

De esta forma pude establecer un contacto físico con alguien que no sólo había

sobrevivido a las atrocidades de cuatro campos de concentración, sino que había

ayudado a muchas personas a hacer lo mismo.